Las relaciones interpersonales son el escenario donde se despliega el carácter y son una oportunidad de autoconocimiento y cambio.
La esencia de lo humano está vinculada al amor, a la capacidad de expansión y de placer.
Ese espíritu está deteriorado por la propia dinámica social y por el sistema institucional familiar que actualmente en Chile tiende a reproducir los modelos autoritarios de nuestra historia reciente, promoviendo así un tipo de carácter y consecuente acorazamiento que, por lo tanto, trae serias dificultades para desplegar esa esencia.
Al desarticular las dinámicas incorporadas desde el medio se accede a un contacto más directo con el otro, lo que promueve una relación más sana y plena con los demás.